¡Chanquetlea Evaristo por las calles mojadas!
lleva diarios a la plaza, bajo lluvias calladas,
duerme de a ratos, silba un tango lejano,
y si la lluvia lo alcanza, se esconde en su trinchera de plástico, de manos.
¡No lo ves jamás triste, siempre ríe, siempre canta!
su risa vuela, mientras su alma aguanta,
con pocas palabras, y menos muecas,
disfruta su era, la que le tocó, sin quejas, ¡sin caretas!
Conoce los motivos de su vida rea,
no es pa' cualquiera ser soldado en una patria que te niega,
¿dónde están los héroes que pelearon en las islas?
Escondidos, olvidados, mientras el viento agita las espinas.
¡No me inviten a sus reuniones de mierda!
llenas de medallas que no valen ni una cuerda,
si no tienes a la patria como propia, ¿qué has hecho?
Tus medallas no sirven, tus actos son un despecho.
¡Déjenme a mí con mis trapos y cartones!
¡Con mis bolsas atadas, mis propias canciones!
Estoy vivo, casi de a ratos, ¿y qué más?
Logré mis honores, sin adular traidores.
¿Y la patria? ¿Dónde está la que guardó a sus bravos?
Que escondió a los héroes, mientras celebraba con clavos.
Dejaron nuestras vidas como recuerdos de cartón,
y ahora, ¿quién recuerda mi honor, si no me ven en su rincón?
¡Siguen contando versos, mientras yo sigo mi camino!
En mi alma, mi guerra, mis pasos, mi destino.
No me hace falta su aplauso ni su falso honor,
con mis cartones, con mi alma, con mi corazón.
Gastón Gimenez
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