I
¡Ved el atril, insigne pedestal!
CREE se lee, grito de la nada,
mas bajo el orador, fiera infernal,
sombra insaciable, su voz es dictada.
II
¿Quién mueve el hilo en este teatro?
¿Quién siembra en juicio la negra mentira?
¡Es la élite esclava del pacto innato!
Bestias ocultas su danza conspiran.
III
Rugía el cielo con rayos de engaño,
la tierra ardía en luces de veneno.
¡Oh, verdes llamas del árbol huraño!
¿Es la ciencia o el diablo en su terreno?
IV
Marionetas del miedo, líderes falsos,
el pueblo encerrado bajo su farsa.
¡Jueces, doctores, pantallas, baluartos!
Todo al servicio del mal que arrasa.
V
Mas algo despierta en redes ocultas,
testigos de horrores sin explicación.
Rurales resplandores las almas sepultan,
la resistencia enciende su misión.
VI
Nanoestructuras, veneno a la mente,
grafeno oscuro en la sangre impía.
¡Oh, glándula sacra, prisión latente,
manipulada por fría herejía!
VII
¿De dónde viene esta oscura progenie?
En Caral, en Malta, rituales sin nombre.
Trepanaban cráneos, sed de indigencia,
robaban conciencias de antiguos hombres.
VIII
Años de hambre, pestes y batallas,
nutrían al monstruo con llantos humanos.
Mas hoy el espíritu alza sus vallas,
despierta el pueblo, sus brazos en alto.
IX
Surgieron verdades, redes ardientes,
científicos, sabios, al fin convergieron.
Revelan al mundo hechos hirientes,
¡oh, humanidad, ya no os sometieron!
X
Rayos de extraños cielos descendían,
no eran tormentas, mas armas secretas.
Códigos ocultos sus formas traían,
manos no humanas urdían sus tretas.
XI
La prensa esclava censura la llama,
mas el pueblo erige sus propias voces.
¡De las ruinas surge quien nunca se calla,
grito y conciencia en miles de roces!
XII
Liderazgos caen, títulos vacíos,
sus máscaras rotas al fin expuestas.
El horror del fraude hiela los ríos,
mas la unión rebelde levanta respuestas.
XIII
¡Oh, glándula sacra, vigía escondida!
A ti dirigieron la ciencia impura,
mas el hombre lucha por su alma herida,
y en el amor halla la armadura.
XIV
¡Cae la bestia! ¡Se alza la esperanza!
Por fin la verdad rasga el velo insano.
Unidos los libres, su luz no se cansa,
y gritan al mundo: ¡Por fin somos humanos!
G.D
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