roces de martirios, un sol desierto.
Ruge un clamor que el acero deshace,
e invita al enemigo a jugarse en su base.
¿Quién postergó el duelo, temiendo el abismo?
Muchos lo vieron en su fatal designio.
Montó su destino, de un salto traidor,
y de la rama cuelga, vencido el honor.
No se juega al fuego sin saber su calor,
ni se sigue al viento si grita su clamor.
El salto al vacío no tiene lecciones,
es sueño o condena, sin explicaciones.
Clones domesticados, vidas sin rumbo,
mercenarios venden su truco profundo.
Son soldados fieles de un desastre lento,
que ocultan la verdad tras el entretenimiento.
Cuántas patrañas de médicos falsos,
hinchan sus bolsillos con pérfidos lazos.
Venden la muerte como mercancía,
jugando al verdugo con vil hipocresía.
Callan verdades que pesan, que laten,
y distraen al mundo con luces que baten.
Cambia el pulgar la vida y su rumbo,
en la distracción caemos más profundo.
El gato juega con el ratón asustado,
somos presa fácil de un plan calculado.
¿Quién verá la trama que al ojo se esconde,
y se alza a gritar lo que el miedo responde?
No hay manuales para este presente,
ni pasos seguros en un río creciente.
Es tiempo de alzar la voz sin demora,
y romper las sombras que el silencio devora.
Que ruja el clamor como nunca se oyó,
deshaga las cadenas que el poder tejió.
Hoy somos la llama, el viento y la vida,
y el salto será de esperanza encendida.
G.D
No hay comentarios.:
Publicar un comentario