Foto gentieza del amigo Emanuel Pollero
Canta el ave en la mañana,
en las ramas su labor,
silba cuentos, trae esperanza,
p’al pichón que, con fervor,
mira atento a su señora.
Con ramitas va y regresa,
endulzando su lugar,
hace nido, da pureza,
en un mundo que al pasar
se volvió tierra de acero.
El asfalto, tan gigante,
ciego pisa sin piedad,
aplastó sueños brillantes,
y oxígeno, en su maldad,
lo troca en sombras crudas.
Mas el ave no se apura,
va tejiendo su vivir,
en su canto hay hermosura,
y entre tanto resistir,
da calor donde hubo olvido.
Es su vuelo la enseñanza,
que entre fierros seguirá,
de que hay vida, hay esperanza,
y en las ramas nacerá
el milagro del futuro.
Gastón Gimenez
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