Cenáculo fraternal, — con la certidumbre
reconfortante de que en nuestra calidad de
latino-americanos poseemos el mejor estómago
del mundo» un estómago ecléctico,
libérrimo, capaz de digerir y de digerir
bien, tanto unos arenques septentrionales
ó un kouskous oriental, como una becasina
cocinada en la llama ó uno de esos chorizos
épicos de Castilla,
OLIVERIO.
El primer poema de Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, titulado "A la púa", se caracteriza por su tono irreverente y humorístico, marcando el inicio del libro con una reflexión sobre el estómago latinoamericano como un símbolo de resistencia y adaptabilidad. Aquí Girondo establece uno de los temas recurrentes en su obra: la ironía y la crítica social, mezcladas con la cotidianidad urbana y una profunda identidad cultural.
Análisis de "A la Púa"
Estructura y composición
El poema se presenta en verso libre, sin una estructura métrica fija, lo cual es común en Girondo. Esta libertad formal se adapta al tono desinhibido y rebelde del texto, que se aleja de las estructuras tradicionales. El poema no sigue una pauta estricta de rima, lo que refuerza el carácter moderno y experimental de la obra.
Fragmento inicial:
"Cenáculo fraternal, — con la certidumbre / reconfortante de que en nuestra calidad de / latino-americanos poseemos el mejor estómago / del mundo".
Aquí Girondo juega con la exageración y la hipérbole. El "cenáculo fraternal" sugiere una comunidad unida en torno a una idea común, en este caso, la idea de que los latinoamericanos poseen "el mejor estómago del mundo". Esto no solo remite a una capacidad digestiva literal, sino a una metáfora de la flexibilidad cultural y la adaptabilidad de los latinoamericanos para asimilar diversas influencias. La certeza en esta afirmación también sugiere un tono de burla, de quien se siente superior por su capacidad de adaptación.
Referencias culturales y gastronómicas
Girondo hace referencia a platos de diversas culturas como los arenques septentrionales, el kouskous oriental, y los chorizos de Castilla. Estos elementos no solo son gastronómicos, sino también símbolos de las influencias culturales que se entrelazan en la identidad latinoamericana. La capacidad del estómago para digerir “bien” estos platos remite a la hibridación cultural que caracteriza la región: una mezcla de costumbres y tradiciones provenientes de Europa, África y los pueblos originarios.
Fragmento de la referencia gastronómica:
"un estómago ecléctico, / libérrimo, capaz de digerir y de digerir / bien, tanto unos arenques septentrionales / ó un kouskous oriental, como una becasina / cocinada en la llama ó uno de esos chorizos / épicos de Castilla,"
Aquí la enumeración de platos de distintas partes del mundo muestra la variedad cultural que es capaz de ser asimilada por el latinoamericano, quien se presenta como un ser que, gracias a su "libertad" o "libertinaje" (la palabra "libérrimo" lo subraya), puede integrar lo diverso sin perder su identidad.
La crítica social y cultural
El poema también toca una crítica irónica a la visión de Latinoamérica desde fuera. La figura del "mejor estómago del mundo" se puede leer como una forma de crítica a las construcciones de identidad que tienen los países occidentales sobre el continente. Girondo resalta el carácter absorbente y flexible de la cultura latinoamericana, pero también lo hace en tono de burla y exageración, mostrando cómo la región es capaz de adaptarse y mezclar las tradiciones ajenas sin perder su esencia.
Conclusión
En este poema, Girondo inicia su obra con una reflexión sobre la identidad latinoamericana desde un punto de vista irónico y sarcástico. La imagen del "estómago ecléctico" funciona como un símbolo de la resiliencia cultural, capaz de adaptarse y digerir las influencias externas sin perder su esencia, aunque siempre con un tono humorístico y de autoafirmación irónica. El poema refleja no solo la perspectiva personal del poeta sobre la condición de los latinoamericanos, sino también su capacidad de reinterpretar la tradición de manera crítica, jugando con el lenguaje y la forma.
Girondo juega con la visualidad del texto, y su estilo se caracteriza por la ruptura con lo convencional, lo que se reflejará en los siguientes poemas de la obra.
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