Dicen que el progreso y la ciencia al fin,
traen esperanza, nuevos rumbos a seguir.
Pero es una mentira, una falsa ilusión,
el sistema sigue sin freno ni razón.
Para avanzar, se siembra el dolor,
unos pocos elegidos siembran el terror.
Son hijos de puta que aceleran el fin,
y el desequilibrio se apodera de su ruin.
Este siglo alimenta la sangre derramada,
guerras que crecen, vidas apagadas.
Nanotecnología, misiles sin piedad,
nuevas armas de muerte, sin humanidad.
El silencio cómplice de los medios calla,
censurando lo actual, lo que realmente estalla.
Con disfraces de nobleza, en su sucio altar,
se empachan de mierda, con su falso cantar.
Escupen noticias, fraudulentas y vacías,
como sopa amarga que aturden y guían.
El mundo se envenena, mientras el eco miente,
y en cada palabra, nos venden lo doliente.
Más avance, más guerras, más veneno en el aire,
caminamos sin rumbo hacia el fuego, al desastre.
Es el precio del progreso, del poder y su red,
que consume a los pueblos y su gente se ve.
Pero no caigamos, aún queda la voz,
a pesar de la mentira que nos llena de horror.
Que ruja la verdad, aunque nos callen,
que la libertad no se vende ni se apaga.
G.D
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