Ruge la luz temprana de la consciencia,
se desploma la barbarie con su presencia,
noto en el aire una atmósfera doliente,
de un pasado que avanza, marchito y pendiente.
Las mentiras cubren el camino de escombros,
lo corrupto sangriento se esconde en los hombros,
mientras mentes vacías toman decisiones,
solo por llenar sus miserables condiciones.
Llegan con ambiciones de nubes y placer,
creen que pueden todo, sin saber perder,
pero el karma acecha con su carta final,
y a veces llega pronto, como golpe letal.
Toma lo robado, devora las sombras,
del bárbaro que de espanto se asombra,
es ajeno y traicionero, su senda es ruin,
y deja en el camino el alma sin fin.
El camino de unos pocos, cruel y desviado,
convierten al esclavo en un ser callado,
lustrando botines con sangre y miseria,
el precio de la ambición es la peor de las herencias.
Sigue la orquesta tocando su melodía,
pero al final del acorde, la agonía,
espera en la sombra con su guadaña,
y corta el oro, dejando solo caña.
El oro se convierte en polvo y en nada,
y la mentira queda como única espada,
así la verdad se pierde en el viento,
bajo el peso de un alma sin fundamento.
Gastón Gimenez
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