Gira de nuevo, en tu plato fiel,
cuentas tu voz, tu encanto tan cruel,
cuando subes el brazo y al fin te posas,
lo que suena en mi pieza, en tus curvas hermosas.
La madera percutida vuelve a cantar,
el vinilo renace, lo puedo escuchar,
y en su brillo antiguo el eco revive,
el pasado y su música, que nunca se olvide.
Tu campana de bronce suelta ángeles esta noche,
en mi pieza los fuelles se estremecen al broche,
el aire se llena de un susurro tan fino,
y mi alma viaja al ritmo de tu destino.
Bajo la aguja, el tiempo se enreda,
y cada acorde revive la rueda,
de un mundo lejano que el viento arrastra,
donde la nostalgia en cada giro se plasma.
El gramófono canta, los recuerdos florecen,
las sombras de antaño en mi mente se enredan,
y al ritmo que suena mi corazón late,
en el eco del vinilo, mi alma combate.
A cada vuelta, la memoria renace,
y el polvo dorado del tiempo se deshace,
el sonido revive en la madera herida,
y la magia del pasado se convierte en vida.
Gastón Gimenez
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