miércoles, 20 de noviembre de 2024

Sueño

 Los dragones asoman en el sueño,

una vastedad que se aproxima,

si es piedra o roca, ya sin dueño,

solo queda destruir la cima.


Adormecidos en un fangal,

oxidados por la fría versión,

del mundo que gira, siempre igual,

con un descuido como elección.


Saltará al vacío aquel valiente,

para intentar recuperar,

lo que han querido arrebatar,

pero aún vive, aún está latente.


Cuido ese fuego que me abraza,

desde que el alma sintió la brasa,

sentirme cerca sin ser ceniza,

un equilibrio sin prisa.


¿Será principio y calma,

fundiéndose en la gran verdad?

Tierra, viento, el agua que ensalma,

la mente errante con su ansiedad.


Más tarde el riego, brota la idea,

germen de vida, llama que arde.

No hay exterminio para el querer,

que nace eterno y vuelve a crecer.


Cenizas caen, pero se alzan,

como los dragones en mi soñar.

Sus alas rompen el miedo que cansa,

y la inmensidad vuelve a brillar.


Así prosigue este fuego interno,

sin apagar ni un solo instante.

El alma lucha en su peregrinaje eterno,

siendo raíz, rama, tronco para este viaje.

Gastón Gimenez


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