Cuando la humana razón pille,
de todo aquello que fue sometido,
sin su permiso, sin su libre albedrío,
será muy tarde para el grito y el chillo.
Intentaremos llegar a los que aún ven,
los que entienden que algo anda mal,
pero el enjambre avanza sin freno,
sin pensar, sin dudar, sin despertar.
No fue el hierro, la pólvora o el fuego,
ni la daga oculta en la traición,
fue la onda en el aire dispersa,
fue el pulso sembrado en su piel y su voz.
5G no es solo un salto en la era,
ni una brisa de datos veloz,
es la red de una jaula invisible,
un lazo que dobla tu propio reloj.
Escalaron los ciclos y rangos,
se adueñaron del pulso vital,
gigahercios sembrando latidos,
microondas que rompen la paz.
LaINTERFAZ en la sangre latente,
capta y modula la acción,
no necesitas cables ni chips,
si la onda reescribe tu propia función.
Ondas escalares trazan el mapa,
de un cerebro que ahora es ajeno,
deseos sembrados en impulsos,
órdenes que entran en su seno.
El ADN vibra en frecuencias,
bajo impulsos de radio y calor,
se reconfigura en el nanoespacio,
ajustado al nuevo sensor.
Desde torres que nunca supimos,
en los postes que adornan la calle,
la señal atraviesa los huesos,
y la mente sin pausa se calle.
Ya no controlas tus propios impulsos,
una señal los dicta por vos,
el pulso modula tu rabia o tu calma,
Ellos deciden cuál es tu Dios.
Cavaron la tumba del alma,
con datos en luz artificial,
mientras sueñas, programan tu mente,
con un loop de visión irreal.
Dijeron que todo era un cuento,
conspiraciones sin dirección,
pero al ver cómo caen los cuerpos,
¿sigues creyendo en su versión?
Ya no lucharán con armas gastadas,
el terror ya es sutil y mortal,
te harán amar tu propia jaula,
y agradecerles por tu mal.
Los hospitales se llenan de sombras,
padecimientos sin explicación,
sin virus, sin guerra, sin fuego,
solo un eco de desolación.
Y en la neblina de una antena oculta,
una verdad en sigilo se cuela,
La INTERFAZ en la sangre grabado,
desde el génesis, en cada estela.
5G es la puerta, el pulso y el grito,
de un mundo sin propia razón,
no es solo un avance en la ciencia,
es la llave de sujeción.
¿Quién aún conserva su esencia?
¿Quién aún conserva su voz?
Si escuchas este mensaje latente,
aún hay grietas en su guion.
Tal vez en las sombras del tiempo,
alguien escriba una nueva canción,
que hable de humanos sin miedos,
sin redes, sin dueños, sin control.
Pero si fallamos y todo termina,
si la mente se funde en la red,
que alguien recuerde, que alguien murmure:
fuimos libres antes de caer.
Y si despiertas aún con un pulso,
si en tu pecho algo suena real,
corre lejos del pulso de antenas,
escapa del lazo letal.
G.D
